El devenir es una aspiración ajena
Que subyace en el sufrimiento de los desheredados
En el averno se decide el ocaso de las ánimas
Que se extravían perdidas en el desierto de la conciencia mutilada
La danza incierta de las estrellas que implosionan en el arrullo de un estribillo inacabado
Duérmete, pequeña, que la música es un eco en el crepúsculo de tus mejillas
Mañana tu risa argentada reposará en la sempiterna melodía de un sueño
Deseaba ser bailarina
Interpretaba su mejor versión en el patio de la escuela
entre los arrullos de la vida siendo un juego
Pero al alba las sombras sobrevolaron el cielo para devorarle la pierna hasta el tuétano de su esperanza desolada entre los escombros
Mañana tu risa argentada reposará en la sempiterna melodía de un sueño
Los renglones se tuercen cuando las palabras ignaras abrasan la piel
La guerra inclemente es el preámbulo de la derrota colectiva de los funambulistas
desaparecidos antes del amanecer
El grito mudo de un millar de clown enfrentados a las fisuras del espejo
El vuelo azaroso de las mariposas entre las cenizas de las sonrisas desmenuzadas
El silencio licuoso bajo las lenguas anestesiadas del coro que deambula a través de la misericordia
Si pudiera transcribir la brisa de tus alas cuando vuelvan a brotar de las cicatrices
qué victoria más hermosa
En el subconsciente reposan las miradas de los náufragos
lanzando mensajes en el interior de una botella
que estalla en mil pedazos contra la realidad amputada
En el diván los cuerdos revindican la locura como única posibilidad de sobrevivir al dolor
Mientras
Una bailarina danza en el alma de una pequeña frente al mar
Es maravilloso contemplarla
Si cierras los ojos puedes intuir su risa
si pudiera transcribir la brisa de tus alas cuando vuelvan a brotar de las cicatrices
qué victoria más hermosa