papillons fragiles
tandis que la pluie de cendres
assombrit notre âme et
stigmatise la fragilité de l’espoir
l’opacité du miroir vous font sentir
les croix traçant une fissure dans votre âme
le racisme est un serpent visqueux
qui se faufile dans la bouche
jusqu’à s’enrouler dans les ténèbres
la réinterprétation mutilée de l’apparence
le stéréotype sur le visage
l’asphalte de plus en plus lourd et étranger à la volonté
l’invisibilité entre les silhouettes
de votre parcours intérieur
miradas que desconfían
de tu derecho a la existencia
se adhieren a la piel
y desde la opacidad del espejo
te hacen sentir las cruces
trazando una grieta en tu alma
el racismo es una serpiente viscosa
que se cuela por la boca
hasta enroscarse en las tinieblas
cuánto más te odias
más veneno se inyecta en tus ojos
culpabilizando al diferente
para justificar tu derrota
la reinterpretación mutilada de la apariencia
el estereotipo sobre el rostro
el asfalto cada vez más pesado y ajeno a la voluntad
la invisibilidad entre las siluetas de tu recorrido interior
mariposas sempiternas
mientras una lluvia de cenizas
nos oscurece el alma
y estigmatiza la fragilidad de la esperanza
cuando el corazón se rompe
es difícil redefinir la humanidad
entre las costuras del subconsciente
duelen los huesos en el frío invernal del desprecio
en la caverna de hielo de la manipulación
el odio es una construcción idéologique
engendrada en el vientre huero de la bestia
el dolor de la picadura del reptil
paralizando el eco del penúltimo latido
en una caracola se encuentra el grito del pecado
de cadáveres a la deriva de un sueño
tus cadenas son invisibles
pero el oxido impregna las heridas cotidianas
del prejuicio ordinario
que pernocta en las brumas
de la boca cavernosa del odio normalizado
quand le cœur se brise
il est difficile de redéfinir l’humanité
entre les coutures du subconscient
le froid hivernal du mépris
dans la grotte de glace de la manipulation
la haine est une construction idéologique
engendrée dans le ventre vide de la bête
la douleur de la morsure du reptile
paralysant l’écho de l’avant-dernier battement
dans une conque se trouve
le cri du péché des cadavres à la dérive d’un rêve
vos chaînes sont invisibles
mais la rouille imprègne les blessures quotidiennes
du préjugé qui dort dans les brumes
de la bouche caverneuse de la haine systémique