Où le subconscient miaule comme un chat
El silencio es una sinfonía ajena a la voluntad del eco de las penumbras
Donde el subconsciente maúlla como un gato que hace equilibrios antes de desaparecer entre la niebla de quien grita frente al horizonte de una ventana deshabitada
Todos somos el fantasma de otros
El pecado
La pasión
la derrota
El eco furibundo del invisible
La náusea heredada de un mundo
inclemente
con los débiles del eslabón
Te duelen los huesos porque dejaste de bailar bajo el oxido de la noche
Quizás despierte la esperanza en los ojos de una camarera que muestra piedad por el suicida que se esconde en una esquina de la barra
Por donde desfilan las risas
Y las frustraciones de todos los que comparten
La oscuridad del alma herida
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