Su marido la maltrataba
Hasta que ella decidió dejar de existir para sí misma
Se hizo pequeña e invisible
Para sobrevivir al eco destructor del grito
A la angustia vital del segundo golpe
Aguantar la mirada en llamas y el hedor nauseabundo del verdugo
El insulto que se agarra a la garganta
el miedo que esclaviza el alma
Y el rayo que atraviesa la fragilidad
« silencio
Debo vivir lentamente
Moverme despacio
Que no se escuchen mis huesos
Susurrar
Quedarme quieta en este rincón a oscuras
Hasta hacerme invisible »
Los monstruos tienen rostros comunes
Trabajos normales
Rutinas y defectos
No tienen nada de extraordinario
Cuando entran dan un portazo
Y activan el miedo de sus presas
Olisquean
Y hunden su hocico en las entrañas de sus mujeres
Para tratar de devorar lo que les quede de esperanza
Escupen babas y ajustan cuentas con sus frustraciones
« si me quedo quieta
Si me muevo despacio
Si me hago invisible
Quizás no me mate hoy »
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miércoles, 5 de junio de 2024
El miedo que esclaviza el alma
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