J’aime mes cicatrices
j’ai appris à les lécher sans m’empoisonner
La vida puede volver loco a un hombre con demasiada alma
La gente sigue un orden para no tener que entregarse al vacío
Me gustan mis cicatrices
He aprendido a lamerlas sin envenenarme
No entiendo a la muchedumbre susurrando el mismo estribillo
El ruido de sus rutinas llenas de herrumbre
Sus delirios entrelazados queriendo formar un homogéneo cortejo
Donde admitir al siguiente suicida
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