Tengo ganas de caminar por el camposanto
Que llevas en el corazón
Contar las cruces de tus muertos
Y soñar que me rindo mientras me sonríes a la cara susurrándome un breve epitafio
Que deseas tatuar entre tus piernas
Soy el delirio de un dios inexistente
Que hace equilibrios por el desierto de mis entrañas
Escancio tus lágrimas cuando tengo sed
Y no encuentro tu soledad por ninguna parte
Asumo mi derrota para sobrevivir a la rutina de los días
Que se ahogan en una gota que nunca acaba de desprenderse de tus mejillas
Quizás ya estoy muerto
Y solamente sea la pesadilla de un loco
Que trata de evadirse de su camisa de fuerza
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